El encuentro de la tumba vertical en uno de los pasillos del camposanto, justo en las espaldas de la ermita de San Martín, da lugar a la 'leyenda del enamorado', una historia que tiene protagonistas y fechas, cruzado el ecuador del siglo XIX.
El relato presenta a José Mauleón y Giménez, hijo de un terrateniente de Mendavia, quien se enamoró de una joven cubana, sirvienta de los señores Sáenz de Heredia y Suárez de Argudín y cuya identidad hoy se desconoce.
Pese a las escalonadas clases sociales que les diferenciaban, Mauleón no dudó en expresar su amor, tanto en vida como más allá de la muerte.
Según los datos que el área de Cultura del Ayuntamiento alfareño ha podido corroborar a través del estudio de la cronología y los documentos alrededor de las figuras de sus protagonistas, ella contrajo viruelas. Ningún medicamento hizo efecto y murió. Contagiado por la enfermedad, el enamorado José Mauleón y Giménez falleció poco tiempo después, cumplidos los 28 años en aquel 1869.
Pero antes de sucumbir a la enfermedad dejó un mandato, su última voluntad, a su cuñado, el alfareño González de Santacruz: quería ser enterrado de pie frente a la tumba de su amada para poder velarla durante toda la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario